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Billie Eilish y su primera Met Gala: el lado oscuro de la época dorada

Conocida como la "gran fiesta de la moda", la Met Gala es un evento que se celebra cada año en el Museo Metropolitano de Nueva York. La edición de 2023 de la gala se celebró el pasado 1 de mayo con motivo de la inauguración de Karl Lagerfeld: A line of Beauty, la exposición que rinde homenaje a la figura del que fuera director creativo de Chanel.

El estilismo elegido para la gala de la cantante Billie Eilish ha sido comentado hasta la saciedad, pero la joven diseñadora Carla García-Faya nos da un punto de vista diferente analizando el look desde la evolución estética y personal de la propia cantante.

Carla García-Faya
Recuerdo la primera vez que escuché una canción de Billie Eilish. Una amiga me pasó el videoclip de la canción Oceans Eyes y me horrorizó. Me gustó tan poco que lo dejé de ver. Al tiempo, todo el mundo escuchaba a la niña que en ese momento tenía 16 años. Era algo que me impactaba muchísimo. Cómo alguien tan joven podía conquistar a tantas personas. Así que, decidí escucharla por segunda vez. En esa ocasión, si me gustó, tanto que hoy me encuentro analizando su estética y look de su primera Gala Met.

La Gala Met, es un evento benéfico que inaugura la exposición anual Anna Wintour Costume Center en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Se suele celebrar el primer lunes de cada mayo, pero en 2021, debido al COVID-19, se pospuso al 13 de septiembre. Cada año tiene una temática distinta y, como nunca es mala ocasión para celebrar para los americanos, Anna Wintour optó por honrar a la moda de los Estados Unidos. La exposición recibía el nombre In America: A Lexican of Fashion. 

Se trata de la primera gala a la que la joven acudió. Eligió de la mano de su estilista, Dena Giannini, la firma americana Oscar de la Renta. Todo esto tenía una importante condición que, hasta el momento el director ejecutivo de la firma había negado: que dejaran de utilizar piel animal en sus colecciones. Billie Eilish, activista y vegana, fue la primera en convencer a la firma y cambiar su modelo de producción. 

Cuenta Dena Giannini que Billie llevaba años esperando a ir a la Met y que desde un principio sabía cómo quería ir. La cantante admitió en varias entrevistas en las propias escaleras del museo a la entrada de la exposición, qué desde pequeña siempre había querido llevar vestidos como los de las Holiday Barbies. “Quiero que sea tan increíble que nadie deje de mirar”, admitía a la revista Vogue. Y lo consiguió: las imágenes dieron la vuelta al mundo. 

A la hora de centrarse en el estilismo y las referencias que la exposición requería, el equipo se decantó por la estética del Old Hollywood Glamour. El vestido de Oscar de la Renta es una recreación del traje que Marilyn Monroe llevo en 1951 a su primera vez en los Oscars. La pieza de la actriz estaba firmada por la directora de estilismo de 20th Century Fox. En esta ocasión, estaba compuesto por un color muy claro, que casi se confundía con la piel de la cantante. Este se sostenía con un corsé que dejaba ver las ballenas debido a su transparencia. La silueta de shoulders off emulaban al mismo Marilyn. 

¿Qué mejor acierto que memorar a la mayor época del cine de los Estados Unidos? Para el look de la cena, siguió la misma línea de inspiración, esta vez referenciando a Grace Kelly, vestida de Edith Head en la película de Alfred Hitchcook, To Catch a Thief. 

María José Pérez Méndez, escritora en Vogue España, afirmaba que esta oda a los años dorados del cine americano es la más repetida en alfombras rojas. Se trata de un acierto pleno en muchas ocasiones “es la garantía de elegancia normativa”. Pues no le falta razón, pero en el caso de Billie Eilish se trataba de un arriesgo ya que incluso algunos de sus propios fans criticaron el estilismo. 

No hace falta ser experto en Billie Eilish para saber que anteriormente su gama cromática se resumía en verde, negro y blanco hasta la llegada de su álbum Happier Than Ever. En su carrera, este disco ha sido un antes y un después comprable a Ariana Grande con Sweetener o Lady Gaga con Jolene. Se tratan de álbumes que rompen con la estética anterior de las intérpretes, no solo en género musical. Se podría identificar como un rebranding incluso. Desde el marketing al estilismo, todo cambia. 

Anteriormente, Billie protagonizaba un estilo muy oscuro en todos los aspectos: la gente decía que sus canciones eran suicidas, que su estilo y sus videos tan góticos daban miedo. Eilish nunca tuvo vergüenza para escribir sobre su vida y contar sus más profundos pensamientos. Hay que tener en cuenta que cuando se hizo famosa, solo tenía 16 años y su éxito le había permitido tener más de 6 millones en su cuenta. En aquel momento, era una niña, en plena pubertad y crecimiento… Todos los niños hemos pasado por esa época adolescente donde los pensamientos negativos e inseguridades nos invaden. Billie tuvo el talento de demostrarlo marcando historia en la industria musical. 

La ropa holgada, los colores oscuros con toques verdes o azules fosforitos acordes con su pelo fueron durante años su sello de identidad. Jamás se había visto a Billie con algo ajustado antes. Ya fuese en otras alfombras rojas, ella asistía con looks de Gucci estilo athleisure que apenas dejaban ver su silueta. Supuestamente, todo se resumía en que no quería ser sexualizada, aunque en ello influían sus inseguridades corporales. Sus admiradores defendían que la ropa ancha le hacía ser un objeto ajeno a la industria. 

En su canción NDA (Non- disclouser Agreement) observamos el cansancio que la cantante llevaba a las espaldas tras ser juzgada por todo el mundo. Billie nunca fue ajena a la industria. ¿Por qué este cambio? Ella misma lo afirmó en varias ocasiones: ha crecido y ha madurado. “It was time for this” comentaba a Keke Palmer en las escaleras del Met con su vestido de Oscar de la Renta. El antes y el después de su estilismo comienza con su primera portada para Vogue UK, en la que hace campaña para su último álbum Happier Than Ever, los colores marrones, la protagonización de los corsets y la lencería empoderaban a una nueva Billie con firmas que siempre han defendido este sentimiento. Dolce & Gabbana, Mugler o Alexander McQueen son algunas de las marcas que aparecen en esta editorial. Pero asombrosamente, este no fue el anuncio de su cambio hacia una época más feliz (como su propio álbum indica). La americana posteaba un selfie en un espejo en Instagram donde su pelo icónico verde y negro había cambiado… La nueva Billie lucía un pelo rubio platino, digno de los años 50 dorados de Hollywood. 

¿Qué tiene que ver la firma Oscar de la Renta con todo este cambio? Bien sabemos que Billie comenzaba una nueva etapa, en la que se sentía más adulta. Es por esto por lo que la firma, probablemente, no se escogiera al azar. El diseñador ya en sus inicios vestía a mujeres que querían verse elegantes y clásicas. Esos adjetivos son justo los que una mujer adulta busca en su imagen. Con el cambio de Happier Than Ever no solo nos comenta en sus canciones que ya está contenta, se desnuda y deja ver su evolución. La gama cromática de su álbum va acorde con la del vestido. Se trata de diferentes marrones y beiges que se definen como color adulto y serio, pero también son tonalidades de piel. Eilish demuestra una vez más que se abre en cuerpo y alma a una nueva etapa. 

Es imposible analizar moda sin cine de la mano. Como dijo el italiano crítico de cine, Riccioto Canudo: el cine es el séptimo arte. Pues la moda debería, para mí, ser el octavo. Tras la aparición de Billie emulando a Marilyn Monroe la acentuación de la actriz volvió con más furor que nunca. Kim Kardashian en la siguiente Gala Met llevo el vestido original que la actriz portó al cantar Happy Birthday Mr Presindet. Posteriormente, el 16 de septiembre de 2022 se estrenaba Blonde. La película protagonizada por Ana de Armas dejaba ver el lado más oscuro de la vida de Marilyn Monroe, sexualizándola por completo. Esto es lo primero que me hace replantearme el look de Billie. 

El impecable director Damien Chazelle, analizó a la perfección en su última y nueva película, Babylon, la época dorada de Hollywood. Muestra en pantalla como las actrices tenían que volverse finas y elegantes. Margot Robbie protagoniza a Nellie LaRoy una joven actriz que sufre los cambios de la época en el sector audiovisual. Para seguir triunfando, Nellie, debía cambiar su personalidad al completo y aparentar ser una chica educada y extremadamente fina y culta. ¿A caso Billie Eilish nos está contando lo que nos hace creer? ¿Realmente ha madurado y es una mujer fuerte e indefensa? 

Hacer referencia a estos iconos como Marilyn Monroe o el cine dorado de Hollywood tiene muchos lados oscuros. Bien tenemos aprendido que no todo lo que reluce es oro y que además no observamos ni la mitad de las cosas que se publican. Billie jamás se había encorsetado, puede ser que lo quisiera hacer hace tiempo… Puede que todo sea mentira, que se haya desnudado tanto que haya acabado sexualizándose para formar parte de la industria. Puede ser que haya sido obligada al igual que en Babylon para poder seguir triunfando. O que esto sea una muestra de lo que un icono es animado a hacer. Pensamos que las celebridades tienen poder de decisión cuando tan solo se trata de una marca en el cuerpo de una persona. Al igual que en Babylon, llega un momento en el que la única finalidad es vender, llamar la atención para llenar titulares. 

Puede ser que los fans tuvieran razón, y que Billie se haya vendido de cierta manera a la industria. La fama siempre ha sido muy limitante, con el tiempo contado. En muchas ocasiones es imposible no renovarse y seguir gustando. Por otro lado, todos queremos probar cosas nuevas y la moda también está para eso, para divertirse. Desde mi opinión y ajena a las decisiones de la cantante, puede que todo esto fuera para mostrarse más adulta. Tras toda la propaganda del álbum, la actriz ha vuelto a mostrarse en redes y eventos como solía estéticamente, con sus tonalidades oscuras y su pelo negro. Tal vez, todo esto, tan solo era para hacer ver que ya no es una niña