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Un viaje por el sur de Francia: una bonita ruta por Occitania

 Con sus espacios naturales preservados y sus impresionantes paisajes, un patrimonio excepcional y un conocido estilo de vida, así como actividades para todos y en todas partes, Occitania constituye de por sí una pequeña Francia, con su propio acento y sus costumbres. 

Una región donde el encanto histórico y la belleza se entrelazan en algunas de las ciudades francesas más pintorescas: castillos cátaros, abadías medievales, paisajes naturales y pueblos encantadores, todo ello amenizado por museos y una reputada gastronomía que invita a culminar de forma inolvidable cada una de las etapas del viaje. 

Toulouse, la ciudad rosa 

Toulouse, conocida como “La Ville Rose” (La Ciudad Rosa) por el característico tono de sus edificios de ladrillo de terracota, es una ciudad vibrante y llena de historia. Con una rica herencia cultural, gastronómica y tecnológica. Anclada a orillas del río Garona, Toulouse invita a viajar desde sus orígenes romanos a la época espacial, así como a descubrir sus monumentos y su intensa vida artística y universitaria. 

El corazón de la ciudad es la Plaza del Capitole, en este ágora se inician numerosos paseos por la ciudad, abierta en calles elegantes, con presencia de restaurantes que son buques insignia de la reputada gastronomía local. Por ellas se llega al Convento de los Agustinos, un recinto medieval que aloja un magnífico museo y que compite en belleza e historia con el Convento de los Jacobinos (siglo XIII), cuyas columnas en forma de palmera apabullan por su belleza.

Curiosidad: Toulouse es famosa por el cultivo del pastel, una planta utilizada para producir un tinte azul conocido como “azul pastel”. Durante los siglos XV y XVI, el comercio del azul pastel hizo que la región de Toulouse se volviera extremadamente próspera. La riqueza generada por este comercio se reflejaba en la construcción de espléndidos edificios y mansiones en la ciudad, muchos de los cuales aún se pueden ver hoy en día. 

Albi, el tesoro oculto 

Albi es conocida por ser la cuna del pintor Henri de Toulouse Lautrec (1864-1901), recordado en mil detalles y rincones de la ciudad (carteles, cafés, galerías de arte...), aunque es en su museo instalado en el Palacio de la Berbie donde mejor se puede admirar su legado, con más de mil obras expuestas. 

Visitar la ciudad de Albi es como entrar en una fotografía antigua, por los tonos ocres y rosados de muchos de sus monumentos y palacetes renacentistas repartidos por el barrio histórico del Vieil Alby

Una mención especial merece la Catedral de Santa Cecilia (Sainte-Cécile), un magnífico ejemplo del gótico meridional.  Construida entre los siglos XIII y XV, esta catedral es la más grande construida en ladrillo en el mundo y es conocida por su impresionante tamaño y su interior ricamente decorado. 

El Puente Viejo (Pont Vieux), que data del siglo XI, es otro punto de interés. Este puente de ladrillo ofrece una vista panorámica del río Tarn y es un lugar perfecto para una caminata tranquila. 

Curiosidad: El conjunto episcopal de Albi, que incluye la Catedral de Santa Cecilia, el Palacio de la Berbie y el Puente Viejo (Pont Vieux), fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2010. Este reconocimiento destaca la importancia histórica y cultural de la ciudad. 

Montpellier, historia y modernidad 

Montpellier “La Universitaria” combina historia, cultura y modernidad en un entorno vibrante y soleado. Como una de las ciudades más dinámicas y de más rápido crecimiento en Francia, Montpellier ofrece una mezcla única de encanto medieval, vida universitaria y vanguardia arquitectónica. 

El paseo más sugerente por la ciudad es el que discurre por el núcleo de Écusson, el barrio antiguo que se remonta a la Edad Media. Allí reina el recinto monacal de Saint Pierre, originario de 1364, consagrado como catedral el año 1536. El monumento, reconocible por su fachada con torres cuadrangulares y un pórtico con dos torretas cilíndricas, es el monumento gótico más importante de la ciudad. Montpellier conserva además la más antigua universidad de medicina en  activo, una institución que ha marcado el ritmo de la ciudad desde su fundación en el siglo XII. 

Curiosidad: El Jardín de Plantas de Montpellier, fundado en 1593 por Enrique IV, es el jardín botánico más antiguo de Francia y aún está en funcionamiento. Fue creado inicialmente para estudiar las plantas medicinales y es un lugar hermoso para pasear y aprender sobre botánica. 

Occitania (Francia)
Béziers, la antigua 

Consta que Béziers fue fundada el año 700 a.C., aunque su historia se remonta en realidad a 2.700 años atrás. Esta larga historia se refleja en su impresionante patrimonio arquitectónico. La Catedral de San Nazario (Cathédrale Saint Nazaire), una imponente construcción gótica que data del siglo XIII, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Situada en lo alto de una colina, la catedral ofrece vistas panorámicas de Béziers y sus alrededores. 

El casco antiguo de Béziers, con sus estrechas calles adoquinadas y sus pintorescas plazas, es un lugar perfecto para pasear y descubrir la rica historia de la ciudad. El puente viejo (Pont Vieux), que cruza el río Orb, es otro testimonio de la arquitectura medieval y proporciona un hermoso telón de fondo para una caminata tranquila. 

Curiosidad: Béziers tiene una serie de túneles y pasadizos subterráneos que datan de la Edad Media. Estos túneles, algunos de los cuales todavía no están completamente explorados, se utilizaron para diversas actividades, incluyendo el almacenamiento y como rutas de escape durante los asedios. 

Sète, la Venecia occitana 

Sète es una ciudad portuaria pintoresca y vibrante conocida por sus canales, su vida marítima y su rica herencia cultural. A menudo llamada la “Venecia del Languedoc”, Sète ofrece una combinación única de historia, gastronomía y belleza natural, haciendo de ella un destino imperdible para los viajeros. 

Su red de canales, coloreados por barcas de pescadores y las fachadas rehabilitadas de las casas que presiden los muelles, muchas con balcones de hierro, son uno de los mayores atractivos de esta pintoresca ciudad. Destaca el Grand Canal, cruzado por varias pasarelas, y con elegantes edificios y restaurantes de pescado y marisco. Una visita curiosa en Sète es su pequeño museo etnográfico, instalado en un renovado almacén del puerto, donde se exhiben utensilios cotidianos antiguos y otros creados por diseñadores contemporáneos. 

Curiosidad: El “tielle” es un pastel de pulpo picante típico de Sète. Su receta fue traída por inmigrantes italianos y se ha convertido en un símbolo de la gastronomía local. Sin embargo, cada familia tiene su propia versión secreta de la receta, transmitida de generación en generación. 

Sète - Occitania (Framcia)
Narbonne, la romana 

Narbona es una de las ciudades más antiguas de Francia y ofrece a los viajeros una fascinante mezcla de historia  çantigua, arquitectura medieval y delicias gastronómicas. El centro histórico de Narbonne está dividido por el Canal de la Robine, arbolado en sus orillas. Al norte se extiende el barrio medieval, donde sobresale el Palacio Arzobispal, construido entre los siglos XIII y XIV. 

A su lado, la inacabada catedral gótica de Saint-Just et Saint-Pasteur, posee un espléndido claustro, vidrieras del siglo XIV. El centro histórico es perfecto para explorarlo a pie. La Via Domitia, una antigua calzada romana que conectaba Italia con España, pasa por el corazón de la ciudad y aún se pueden ver sus restos en la Place de l’Hôtel de Ville. 

Los puentes históricos sobre el canal y las esclusas añaden un toque pintoresco al paisaje urbano. 

Curiosidad: En Narbonne se encuentra uno de los mayores buffets del mundo. “Les Grands Buffets” es mucho más que un simple restaurante de comida “à volonté”; es una experiencia gastronómica única que combina la abundancia, la calidad y la sofisticación en un ambiente elegante y acogedor. Imprescindible reservar con tiempo.

Carcassonne, un viaje a través del tiempo 

La ciudad antigua de Carcasona, situada sobre una loma a orillas del río Aude, está considerada el mejor ejemplo de ciudadela medieval de Francia y uno de los más completos de Europa. La joya de Carcasona es, sin duda, La Cité, una ciudadela fortificada que ha sido declarada Patrimonio de  la Humanidad por la UNESCO. Con sus torres almenadas, murallas imponentes y estrechas calles medievales, La Cité es uno de los ejemplos mejor conservados de arquitectura militar medieval en Europa. 

El Castillo Condal (Château Comtal) es el corazón de La Cité. Este castillo, que data del siglo XII, ofrece visitas guiadas que permiten a los visitantes descubrir sus defensas, patios y salas históricas. Desde las murallas del castillo, se puede disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y los alrededores. 

La Basílica de San Nazario (Basilique Saint-Nazaire), ubicada dentro de La Cité, es otro punto destacado. Esta iglesia, que combina elementos románicos y góticos, es conocida por sus impresionantes vitrales y su magnífica arquitectura. 

Curiosidad: Según una leyenda popular, la ciudad de Carcasona fue salvada por una astuta estratagema de la reina Carcas durante un asedio. La ciudadela fue defendida tan valientemente que, cuando los enemigos intentaron tomarla, Carcas organizó una celebración con manjares y vino, luego hizo girar los pocos cerdos que quedaban en la ciudadela sobre las murallas, creando la ilusión de abundancia. Los asediadores se retiraron, creyendo que la ciudad tenía reservas infinitas, y la reina Carcas fue aclamada como heroína. 

Carcassone - Occitania (Francia)
Nîmes: el tesoro romano 

Nîmes es conocida por su excepcional patrimonio romano, que se conserva de manera impresionante. La Arena de  Nîmes (Arènes de Nîmes) es uno de los anfiteatros romanos mejor preservados del mundo. Construido en el siglo I d.C., este anfiteatro aún se utiliza hoy en día para conciertos, corridas de toros y eventos culturales, brindando una visión fascinante de la arquitectura y el entretenimiento de la antigua Roma. 

Otro monumento destacado es la Maison Carrée, un templo romano construido alrededor del año 16 a.C. Dedicado a los nietos del emperador Augusto, este templo es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura clásica romana. 

Su elegante fachada y columnas corintias son un testimonio de la grandeza de la Roma antigua. El Jardín de la Fuente (Jardin de la Fontaine) es otro lugar de interés, construido en el siglo XVIII alrededor de las ruinas del antiguo santuario romano. Este parque es un oasis de tranquilidad y belleza, con fuentes, estatuas y senderos que invitan a pasear y disfrutar del entorno. En el corazón del jardín se encuentra la Torre Magna (Tour Magne), una antigua torre de vigilancia romana que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores. 

Curiosidad: El anfiteatro romano de Nîmes es el mejor conservado de todos los que podemos encontrar en la actualidad. Está rodeado de 34 gradas, tiene una capacidad para 16.300 espectadores y, desde 1989, no solamente cuenta con una cubierta móvil sino que además tiene su propio sistema de calefacción